Feminismo o barbarie
Hoy en día, la violencia de género es
una de las violaciones de los derechos humanos más extendidas, persistentes y
devastadoras del mundo. Esta violencia viene suscitada por el sistema
patriarcal en el que vivimos.
Hace unos días compartí en Facebook una publicación que me gusto mucho y con la que estoy totalmente de acuerdo. La comparto con vosotras/os:
“No sé cómo explicarle a mi abuela que recoger la mesa es algo propio de personas educadas, no de mujeres.
Tampoco encuentro palabras para
decirle a mi hermana que no tiene que esperar a que el chico de clase que le
gusta le hable, que puede hacerlo ella primero.
No sé por qué mi vecino es fofisano y
tiene tripita mientras mi vecina tiene anorexia porque la televisión le ha
dicho que tiene michelines y un maniquí de Zara se lo ha confirmado.
No entiendo por qué el hombre y el
oso cuanto más pelo más hermoso, pero la mujer sin depilar es una cerda.
No comprendo por qué yo no pago en
una discoteca y provoco si me pongo una falda que un hombre ha diseñado para mí
y un director de cine ha usado en sus películas.
Y que "coñazo" es no ser la
"poya".
Y que "feminazi" soy si
digo que hoy unos señores que podrían ser mi padre me han gritado cosas que no quería
oír cuando caminaba por la calle mientras sus hijas, de mi edad, estaban
estudiando en casa. Yo también soy hija de alguien, pero eso no les importa.
Y que machista soy si digo que
"no tengo miedo de ir sola a casa por la noche". Porque no lo tengo.
Sólo es enfado.
Nadie ha roto el techo de cristal
todavía.
Si no me creéis preguntadles a los
libros dónde se quedaron las mujeres del 27, o las pintoras que no tuvieron
lugar, o las psicólogas, médicas y científicas que siguen sin nombre.
O preguntadme a mí porque ha habido
veces que algún "caballero" me ha ofrecido trabajo si era un poco más
simpática y tal vez algo más cercana de lo que pone en mi currículum.
O a ella, que la llaman neurótica,
amargada y le dicen que con la regla se pone insoportable. Alguien tendrá que
disculparla por no controlar sus hormonas de la misma forma que pretenden
hacerlo con ella.
O a esos niños y niñas que oyen a su
padre llamar "puta" a su madre y ven los empujones para luego ser
hombres y omitir la violencia o recrearla, o ser mujeres y omitir esa violencia
o buscarla, volverla a sufrir (que las secuelas sean distintas no es casual).
O a todas esas deportistas que ganan
menos, que no tienen el mismo reconocimiento, que responden a cuál es su rutina
de belleza en vez de a cuál es su entrenamiento.
O a esos directores de medios de
comunicación que permiten que se siga escuchando: han muerto 67 civiles, 23
hombres y 44 mujeres y niños. Porque la mujer y el niño necesitan un protector,
porque son débiles.
Y pese a todo, aún con todo, sólo
exigimos una cosa, tan sólo una: que nos dejen con vida.
"La violencia de género repunta
en 2017: cada cinco días, una mujer es asesinada por su pareja o expareja"
Y ni eso hacen.”
Esta publicación refleja la sociedad
en la que vivimos y la situación inferior de la mujer. Refleja claramente que
la igualdad entre mujeres y hombres no es una realidad.
¿hasta cuándo vamos a seguir
soportando esto? Cada vez somo más las/os que queremos que esta situación
cambie y, ¡¡no vamos a parar hasta conseguirlo!!.
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